jueves, 20 de abril de 2017

La verdad y la dignidad



La Verdad se compone de seis letras y comprende hechos acaecidos que hay que desmenuzarlos desde todos los puntos de perspectiva, que nos dé una figura real y no deformada por las palabras escogidas para cambiar la forma que los puntos nos marcan.

Explicando con simples palabras este preámbulo, diré, que el capitalismo imperialista emplea todo su poder en tratar de desvirtuar la verdad existente, llamando terrorismo cuando mueren personas en los paises que promueven las guerras, por las que mueren miles de personas, niños mujeres y hombres, en los mares, alambradas y en los campos de refugiados, siendo de tal forma, que si es terrorismo los que mueren en los atentados, y, es horrible, es igual de horrible, las muertes multiplicadas por millones que asesinan los creadores de las guerras, de las que la prensa las da como noticia, si acaso; así que tomen nota los defensores de acabar con el terrorismo que mata.

La Dignidad, cada uno la amolda a sus conveniencias e intereses, la dignidad se compone de muchos ingredientes, derechos humanos de todos, defensa de los más débiles, castigar a los defraudadores con la cárcel, hasta que devuelvan el último centimo robado.

Dignidad es, no traicionar con cobardía, el respeto a las personas y desarrollar la convivencia con razonamientos, respetar los derechos mutuos y no utilizar la mentira en beneficio propio.

Dignidad es, no ir a matar a personas en otros países, por orden de unos mandos que solo persiguen destruir países, para ellos poder mantener su poderío, expoliación de riquezas naturales y venta de armas, cuando puede haber una vida humana de convivencia, sin guerras, ni muertes.

Dignidad es, no disfrutar de riquezas, producto de los robos y fraudes, a costa de la pobreza y muertes de la mitad de la humanidad.

Los pueblos del Mundo tienen la palabra, ya que son los verdaderos soberanos y silos políticos elegidos no cumplen con las necesidades que las personas necesitan, según los Derechos Humanos proclama, entonces tienen que exigir en la calle sus necesidades, de sus mujeres, de sus hijos y de todos los humanos en general, como ya está sucediendo en todo el Mundo, pues el problema no es local, nacional o internacional, es de todo el planeta; es luchar por una comunidad humana en defensa de la madre Naturaleza y de los seres que la componen para la supervivencia, ya que nos pertenece a todos.